Soledad Celeste
Descubrir un cielo inolvidable no se limita a cruzar miradas con un niño vendiendo dulces o experimentar el amor que intenta ofrecer mientras lo hace; es confiar en la historia que sus ojos cuentan, en la trayectoria de su madre y, en última instancia, en la ciudad que ha sido su hogar.
Las calles capturadas en estas fotografías son relatos nunca antes contados, ahora vistos a través del lente de la cámara. En ellas, se plasma la diversidad de pieles y corazones, y se percibe la mística manera en que la gente trata de superar tiempos difíciles.
El tiempo parece reiniciar como un reloj de arena al escuchar el latido de un perro callejero y observar a personas durmiendo a su lado. Un aura apocalíptica de belleza se despliega en las calles de Medellín, revelando una esencia única.
Captar todas estas sensaciones a través de las fotografías va más allá de contemplar un cielo pintoresco; es comprender que las imágenes capturan la esencia misma de Medellín, las calles que uno recorre desde la infancia y el arte que nos regalan al encontrarnos con los ojos de un niño perdido.